lunes, 21 de febrero de 2011

Arroyo Finochetto: Cuando el “diagnostico es autopsia”

En este peregrinaje constante, que asumimos el 2 de Julio del 2009 con el afán de trasladar al vecino y a la militancia desactivada, una propuesta de transformación política, que le otorgara a nuestro distrito una alternativa de poder, nos tocó receptar toda clase de inquietudes vecinales en todos los barrios.

Vimos también las obras de infraestructura que este gobierno llevo a cabo y nunca las desmerecimos, pero sentíamos que entre el Estado Municipal y el vecino, que entre el poder político y los barrios, había un puente roto. Con un estado ausente sin interlocutores válidos. Dos “países” se erigen desafiando la lógica al mismo tiempo y en el mismo lugar, en uno viven “los iluminados” en el otro como en un mundo subterráneo “los sonidos del silencio” el gemido, la queja, el dolor, la impotencia, la marginalidad, la pobreza extrema.

Con eso me tope en la visita a diez familias en Soberanía Nacional y Finochietto barrio las Nieves “al fondo a la derecha” de Gregorio de Laferrere, casas muy precarias corroídas por la permanente humedad de un arroyo que a sus espaldas “encajonado sin más de cincuenta centímetro de lecho antes de entrar en sus terrenos, desborda a las primeras dos gotas. Un arroyo lleno de materia fecal que descargan otros vecinos de la orilla opuesta, con la irresponsabilidad de no entender su propio “suicidio”.

Gente sin trabajo, sub ocupada sin capacitación, la sensación inequívoca que la droga pasa y se queda en cuerpos destruidos por la desnutrición y la adicción. Madres jóvenes que aún tienen un semitono de luz mortecino en sus ojos cansados que denotan un poco de esperanza. Niños descalzos, desarropados, enfermos, como denunciando por acá el superávit no paso.

Se sentaron a escucharme en banquitos o en el suelo y yo no podía articular palabras me angustie de ver tanta, tanta injusticia, hasta que tomé coraje y señalé que no vine a levantar críticas, porque con eso no se alimentan, ni se curan, ni solucionan la contaminación.

También les aclaré que no estaba ahí para buscar votos porque sé que están comprometidos y que son rehenes del que se ocupa de que no vivan pero tampoco mueran. No estoy hoy, ahora, acá en campaña, pero tampoco voy a mentirles esto no es un enfermo al que hay que diagnosticar esto ya es un muerto hay que hay que hacer una autopsia para saber quién lo mató, por qué y cómo lograr que no nos vuelve a suceder.

Mi único compromiso es contar su historia y si como espero somos gobierno sacarlos de acá, planificar su reubicación antes de ser electo, para construir inmediatamente las viviendas que tendrán que pagar (muy baratas, pero no regaladas) para poder luego darles salud, trabajo, oportunidad de estudio igualitario, y reinsertarlos ya no como Kelpers en La Comunidad Organizada que proponemos desde El Frente Renovador Peronista, de La Matanza.

No hubo aplausos, solo agradecimiento y saludos afectuosos, a mi todavía me duele una hora con esa realidad… Ellos están hoy otra vez inundados y habrán perdido lo poco que les quedaba. Esta es La Matanza que nadie quiere ver. Esta y la otra son La Matanza que tenemos que transformar.

(*) Por: Oscar Pettinato.- candidato a intendente de La Matanza por el Frente Renovador Peronista.-




No hay comentarios.:

Publicar un comentario